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A dos años del Terremoto: Solidaridad con Haití

Hoy hace dos años, el 12 de enero de 2010, un gran terremoto arrasó Haití, destrozando miles de edificios, vidas y corazones en sólo 30 segundos. La respuesta de todo el mundo fue inmediata y generosa.

Pero la ayuda humanitaria degeneró en ocupación militar por parte de Estados Unidos y después de la Misión de Estabilización de la ONU, conocida como MINUSTAH.

800 millones de dólares se gastan anualmente en mantener la ocupación militar.

En una carta dirigida a los países con soldados en Haití, firmada por Adolfo Pérez Esquivel, Martín Almada, Eduardo Galeano, Frei Betto, entre otros, se pidió recientemente que los gobiernos “empiecen a retirar sus tropas de esta misión” y que esos fondos “sean reinvertidos en la lucha contra el cólera y en otros proyectos urgentes para ayudar al pueblo haitiano”.

En octubre pasado SOA Watch, en conjunto con otras organizaciones, visitó Haití  para constatar la situación de derechos humanos.  La delegación comentó que el terremoto parece haber ocurrido hace dos meses en lugar que hace dos años.

Uno de los participantes de la delegación, el abogado Bill Quigley, se motivó a hacer mas que expresar indignidad. Junto con Amber Ramanauskas investigó qué paso con el dinero comprometido.

El resultado de su investigación , aquí algunos datos:
•    Sólo cuatro decimos del porcentaje de ayuda fue a organizaciones no-gubernamentales haitianos.
•    Solamente 3/4 de 1% fue al gobierno de Haití
•    Menos del 1 %, de los $412 millones de dólares de USAID de EEUU fue destinado a infraestructura.
•    La mayor parte del dinero de EEUU donado a Haití ha sido para los mismo EEUU.
•    33 centavos de cada dólar para Haití fue usado para rembolsar a EEUU por mandar a 5.000 soldados a Haití

EEUU no es el único país que gasta la porción mayor de su dinero de ayuda en tropas en vez de hospitales, comida o casas. Actualmente, la ONU gasta 2 millones de dólares diarios para pagar por MINUSTAH, la fuerza militar y policial de 11.000 efectivos.

Cientos de miles de haitianos siguen viviendo en tiendas de campaña y los escombros del terremoto siguen presentes. Mujeres y niñas, personas desplazadas internamente, son el blanco de frecuentes ataques sexuales y de explotación sexual. Miles de personas en campos de desplazados internos han sido desalojadas por la fuerza, a veces violentamente.

Tanto la Policía Nacional Haitiana como las tropas de la MINUSTAH han sido criticadas por no hacer lo suficiente para proteger los derechos y la seguridad de haitianos y haitianas. También hay evidencia de que la policía nacional y la MINUSTAH han reprimido violentamente protestas pacíficas realizadas por refugiados y refugiadas.

La MINUSTAH también agravó la crisis humanitaria a través de la introducción del cólera que ha matado a más de 5.000 haitianos y ha dejado a cientos de miles de personas infectadas. Los expertos predicen que la enfermedad seguirá siendo endémica en Haití por muchos años y dará lugar a miles de muertes adicionales.

El padre Roy Bourgeios señaló que “no se puede llegar a la democracia a través del cañón de un arma”.

Camille Chalmers, director de PAPDA, en una nota de Jubileo SUR, comentó que «esta tragedia debe renovar nuestras energías para defender más que nunca la soberanía y la dignidad de nuestro país, sobre todo construyendo un futuro mejor para las próximas generaciones».

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